viernes, 14 de noviembre de 2014

Fotoreportaje II: Rompiendo la ley



Una nueva manifestación marco la jornada del miércoles 29 de octubre en la ciudad de Valdivia. Esta vez, pescadores artesanales sindicalistas de la región se enfrentaron a Carabineros, para no ser desalojados del puente Pedro de Valdivia. La razón por la cual los pescadores se instalaron en el sector, es en modo de protesta debido a su disconformidad con respecto a la Ley de Pesca, donde según ellos, perjudican tanto su trabajo como de sus vidas.


Todo comenzó el lunes 27 de octubre, cuando las diferentes barcazas de pescadores artesanales habían llegado debajo del puente Pedro de Valdivia, esperando una respuesta con respecto a la revisión de la Ley de Pesca por parte de las autoridades del tema, incluyendo a la Presidenta Michelle Bachellet, teniendo plazo máximo el miércoles siguiente. También conocida como la Ley Longueira, en referencia a Pablo Longueira, quien lo implanto cuando era ministro de Economía a fines del 2012.

 


Como no hubo respuesta oficial, la manifestación no se hizo esperar. Aquel miércoles 29, más pescadores artesanales se unieron a la protesta. Una vez instalados, empezaron a armar su artillería contra quienes se van a enfrentarse en pleno punto de encuentro, las Fuerzas Especiales de Carabineros de Chile.

Los contrincantes instalados en sus puestos y a tiros de bengalas, la batalla ha comenzado. Los pescadores, unidos como nunca según ellos, invitaron a los que tenían estacionados sus vehículos a salir del lugar, dado a que empezaron a instalar cables y quemar neumáticos con tal de bloquear la calle Arturo Prat, para dar distancia a los transeúntes que ese perímetro cerrado seria en cosa de minutos, un campo de guerra. 

 

La gente que pasaba por el sector, vale decir; el puente Pedro de Valdivia, la Feria Fluvial, el Mercado Municipal y la Plaza Chile, huían de los humos de neumáticos quemados que corrían en ese entonces. La cual se intensifico más cuando las fuerzas especiales lanzaron las bombas lacrimogenas, que contenían gas pimienta.

 


Como eran "los testigos privilegiados" del evento, tanto  vendedores como compradores y asistentes de la Feria Fluvial, se vieron obligados a alejarse del lugar. En caso de los vendedores, guardando  su mercadería para estar protegidas ante cualquier circunstancia.



Por parte de las fuerzas especiales de Carabineros, instalados, armados y decididos a resguardar el orden publico, tenia todo en su contra. Pifiados y puteados por parte de los pescadores manifestantes y de personas que se quedaron a ver el enfrentamiento, y el desperfecto que sufrió uno de sus carros lanza aguas, popularmente conocido como guanacos, quedando averiado en pleno asfalto.


 

Los pescadores eufóricos como nunca, tanto del apoyo de la gente como del desperfecto del guanaco, se proclamaron ganadores del enfrentamiento, prácticamente de local.




Al tiempo de hacer balances, los pescadores artesanales accedieron a conversar con la prensa ubicada a centímetros del conflicto. Con el propósito de hablar sobre la causa que llevo a estar en protesta, mostrar algo que los medios masivos de comunicación no muestran muy seguido en estos tipos de hechos noticiosos: como las heridas de perdigones de algunos pescadores.
[ADVERTENCIA: algunas de las siguientes fotografías contienen imágenes que pueden dañar la sensibilidad de algunas personas]




Ya finalizado el enfrentamiento entre pescadores artesanales y fuerzas especiales, la calma pareciera volver de a poco. Pero la efervescencia del triunfo pesquero por sobre la orden y patria, se sentía en los alrededores costeros de Valdivia. Las discusiones con algunos transeúntes no se hicieron esperar, los llamados de prensa informaron de lo sucedido y los pescadores artesanales jugaron con su trofeo, el guanaco averiado.








Para finalizar, nada más que contar de lo sucedido posteriormente a la jornada de protesta. El triunfo de los pescadores artesanales, el reporte de la prensa, el carro lanza aguas hecho mierda y retirado por la fuerza, de la retroescavadora claro esta. Con los restos de piedras, humo toxico volando por los aires, la calma y el transito de a poco retornando, la batalla había terminado.






















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